Estamos disfrutando de unos días prenavideños de lo más soleados, así que me he animado a practicar con lo que considero el arma definitiva para mi parabólica alSol 1.4 : uno horno solar formado por tres bandejas de chapa de hierro esmaltado que recibe los rayos del concentrador solar o cocina solar parabólica alcanzando temperaturas cercanas a los 300 grados centígrados, pero sin quemar la comida.
¿Cómo?
Pues encajando dos bandejas de las tres para formar un doble fondo. La
tercera bandeja hace de tapa y cierra el horno que tiene una altura de
20 cm, apta para muchos platos al horno. La ventaja de este invento es
doble: por un lado la bandeja inferior exterior recibe el 70% de los
rayos solares y traspasa el calor generado a la bandeja interior
encajada en la anterior, formando una cámara de aire de unos 2 cm,
suficientes para elevar la temperatura del interior a unos 150 ºC pero
sin producir quemaduras en la comida.
Por otro lado podemos aprovechar toda la superficie de la bandeja en lugar de tener que colocar una fuente de más reducidas dimensiones y volúmenes en su interior. Las bandejas son esmaltadas, no pintadas, son de hierro y bastante fuertes, se venden en el Lidl y Aldi. No llevan revestimiento anti-adherente, de modo que son aptas para soportar elevadas temperaturas.
ALCACHOFAS
Un amigo del Fb me ha comentado que le encantan las alcachofas a la
brasa, receta que pienso es típica de la zona de Levante en invierno y
que debe proceder de por un lado la abundancia de las alcachofas en esta
zona y de que en el campo las casas cuentan con chimeneas para
caldearse, donde las brasas se aprovechan para asar determinados
productos que quedan ideal, como la patata, la calabaza o la alcachofa.
Bien, pues hornear en una cocina solar no deja el sabor a humo de las
brasas, pero nos permite comer unas alcachofas ricas y saludables sin
gastar un céntimo en electricidad o leña y con emisión cero.
LA RECETA:
Es muy sencilla. Lavamos las alcachofas, dos a tres por persona y les
cortamos el rabillo dejando un centímetro. Colocamos los frutos en la
bandeja esmaltada y colocamos las bandejas cerradas una hora en la
cocina solar, con cielo muy despejado, sino no conseguiremos las
temperaturas necesarias.
Para saber si el parabol está bien ajustado, podemos mirar debajo de las chapas para ver las llamas solares en acción sobre el metal esmaltado.
Para saber si el parabol está bien ajustado, podemos mirar debajo de las chapas para ver las llamas solares en acción sobre el metal esmaltado.
Abajo el horno alcanza los 300 ºC.
Las llamas solares en la chapa superior la calientan hasta 160 ºC.
Hay que considerar que estamos a 23 de diciembre. El cielo estaba muy
despejado hoy, lo que demuestra que en invierno también podemos cocinar
con el Sol.
Podemos darle la vuelta a las alcachofas un par de veces y si las queremos más hechas, prolongamos el tiempo de horneado a hasta 2 horas. El riesgo de quemarlas es casi nulo. La bandeja superior de este modelo cierra muy bien sobre la de abajo. En días con algo de brisa uso unas pinzas de la ropa para asegurarme de que no se desplacen y se produzcan aberturas por las que el calor de convección interior pueda escapar.
Las alcachofas así horneadas, se pueden comer deshojando los frutos poco
a poco o abiertas con algo de sal y aceite de oliva. Son un manjar sin
igual que aporta un bocado de salud a nuestra dieta.
Entusiasta usuario y promotor de las cocinas parabólicas alSol y por lo observado en sus recetas y reportajes en su blog Captura de Fotones, uno
de los chefsolares más avanzados. Replicamos y complementamos sus
recetas en cocinalsol.es y recomendamos la visita a su blog. Entre otras
labores, René ha dirigido Cinestrat, festival de cine documental. En ediciones pasadas los temas elegidos fueron la educación, crisis energética, músicas del mundo... En la actualidad dirige una de las tiendas online más prestigiosas sobre tecnología fotovoltaica y ahorro de energía, TFV
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